EGOTECA
(Javier Miranda-Luque)
—NARRATIVA:
FEROCES REBAÑOS DE NUBES
EL CORAZÓN ES UNA MALA METÁFORA
MALDITA WEB
CAJA TORÁCICA
Y BEBIERON FELICES PARA SIEMPRE
—NARRATIVA INTERRUPTUS:
YO, NOSFERATU: EL TEDIO DEL VAMPIRO
—NARRATIVA HÍPER-EXPLÍCITA:
PIANO DE COLA DESAFINADO OBSTRUYE ESCALERA MECÁNICA
—NARRATIVA INFANTIL:
EN LOS TÚNELES CIERRO LOS OJOS COMPLETAMENTE Y ACELERO MUY DURO SIN PARAR
DISPÁRAME CUANTAS PALABRAS QUIERAS
—TEATRO A 4 MANOS:
ESTADO CIVIL (FRA)CASADA
—POE+:
(I)CO(NO)REOGRAFÍA
PLANTÍGRADOS
PLANTÍGRADOS 2.0
GRAMASUTRA
—DRAE ADULTERADO:
DICCIONARIO APÓCRIFO
—ANTOLOGÍA HÍPER-SUBJETIVA:
SMS DE SAN AGUSTÍN
TUITS DE SANTA TERESA
BLOG-TRAILER
miércoles, 30 de agosto de 2006
Pánico ficción: género de narrativa urbana
Este texto inquietante es un extracto de “Señales”, relato de anticipación urbano-apocalíptica escrito por Krina Ber, autora exinédita de Monte Avila y vecina de antología (Alfadil). Sus “Cuentos con agujeros” evidencian a una narradora cabal que nos descoloca, por ejemplo, desde la perspectiva infantil de “Masacre de putas antes de cenar” o nos exprime sonrisas sucesivas con el peculiar love story de “Agujeros”. Variedad de registros que se confirma en el par de páginas de “Escondite”, brevedad donde esta escritora voyeur destaca sobremanera.
sábado, 26 de agosto de 2006
Ciudadana K
viernes, 25 de agosto de 2006
Calígrafo exquisito: el imperativo de la belleza
(Colette Calascione nos obsequia su imagen precedente del body art: ¿pero acaso existe lienzo o pergamino más digno que la piel?)
jueves, 24 de agosto de 2006
Babel con subtítulos
Black out. Extrañamos sus maratones fílmicos, e-mails epilépticos y telefonemas prolijos. Sus ex-mujeres se agrian por la omisión de los depósitos bancarios que cubrían la manutención legal de las niñas. En sucesivos encuentros que incrementan su frecuencia, Margot, Estela, Olga, Gerardo, Luis y yo escribimos, a doce manos, el guión virtual de una película fuera de foco donde Ramón se hace cargo de un premio gordo cualquiera. ¿Cuál de tus films predilectos estás protagonizando? Sobredosis de alcohol, nostalgia y nicotina salpican nuestras tertulias.
(Con este relato breve participé, hará un par de años, en el renglón "Cuentos de cine" del Festival Fílmico de Gijón. Las bases establecían, básicamente, escritos inéditos en español, focalizados en la proyección de ficciones, que no superaran las veinte líneas de texto. Hubo un premio único al que no accedí. Concurrieron cerca de tres mil obras procedentes de buena parte del planeta. Siempre extrañé la iniciativa de una antología que compilase –qué sé yo– "Ciento 35 cuentos de cine". Ah, la foto que antecede este post podría titularse, sin mucho esfuerzo, "3B", ya que en esta cama coinciden las dos "b" de la Bardot y, no menos, la otra "b" de Jane Birkin, perversa fetiche de "Je t'aime moi non plus": ¿gala de la belleza gala?).
lunes, 21 de agosto de 2006
Marketing ¿literario? de la cuarentona Editorial Planeta, capítulo Venezuela
Me convenzo a mí mismo de la imprescindibilidad de tales lecturas y paso por caja a cancelar en efectivo, cash contante y sonante que no deja huellas. Grata sorpresa cuando me entregan, además de la factura correspondiente y mis libros embolsados, un par de “cupones”que me otorgan, en retribución a mi adquisición literaria, el derecho a participar en la rifa de (cito textualmente las “pestañas” numeradas 048823 y 048824 que conservo en mi poder): “8 viajes con un acompañante para Los Roques, Isla de Margarita, Mérida y La Gran Sabana. 3 días, 2 noches (con todos los gastos incluidos). Sorteo: 17 de octubre de 2006 a las 3:00 pm) en la sede principal de Editorial Planeta Venezuela)”.
Y digo yo (naif que soy, publicista que soy, lector que soy, escritor que soy): ¿no hay formas mejores de celebrar estos 40 años de la casa editora en Venezuela que mandándonos de viaje fugaz por la geografía vernácula? El conflicto aquí, como en todo, reside no en quién propuso la idea, sino en quién la aprobó...”Decisiones, tra-la-lá”, resuena en mis oídos Rubén Blades el cantante, no el excandidato político.
Imitando (inflingiendo, plagiando, para que les duela) un juego de rol mercadotécnico, yo –casa editorial– pretendo vender más libros y, por ende, promover (estimular, maximizar, optimizar, potenciar) el hábito lector entre los individuos de mi minúsculo mercado, ya que, simplemente, vivo de esto: de vender libros para que la gente los lea o rellene estantes por metro lineal.
Así que mi celebración de mis cuarenta años consistiría, entonces, en premiar (reforzar positivamente Skinner dixit) la conducta de adquisición de libros por parte del mercado lector (consumidor de libros editados por mí), rifando 40 “combos” de premios de Bs. 400.000 cada uno canjeables por libros perteneciente al amplio stock de Editorial Planeta Venezuela (o, desplegando el refrescante abanico de las posibilidades, sortear 40 “paquetes” de 40 libros de bolsillo), ¿no?, en lugar de usurpar las funciones de una agencia de viajes (a menos que exista una subramificación de negocios que yo ignore olímpicamente). Me pago y me doy el vuelto: te premio con mi propia mercancía, la promuevo, consolido lectores y genero fidelidad de marca, al igual que Fidel ostentando el logo Adidas.
Yo, naif, aplaudiría cándidamente la idea (acariciando tiernamente el concepto perverso de que “mientras más libros compre, más cupones acumulo y más chances tengo de que la diosa fortuna o el dios azar se fijen, dadivosamente, en mí).
Yo, publicista, les facturaría con justiprecio mi idea y respetaría el buen criterio de la aprobación gerencial respectiva.
Yo, lector, apreciaría enormemente la posibilidad de hacerme de un generoso lote de libros para mi biblioteca.
Yo, escritor, me quitaría el sombrero ante una casa editorial que honra sus funciones de promover la lectura mediante el sano ejercicio de la gestión comercial que le es inherente.
Yo, competencia, cogería ejemplo. Las mercancías culturales se gerencian y, más aún, si son trasnacionales con soberbias webpages: www.editorialplaneta.com y www.editorialplaneta.com.ve donde invitan a contactarlos, cosa que haré inmediatamente a la publicación de este post, remitiéndoselo, of course, a la casa matriz y a la sede creole, vamos, sin discriminar.
Otra cosa, a quien le incumba específicamente: deroguen esa fea costumbre de colocarles “preservativos” (léase condones) de celofán estridente a los libros, impidiéndonos hojearlos. Ya que el 98,72% de los empleados de las librerías no tienen la más puta idea de títulos y autores (ni siquiera consultando la base de datos de la computadora, cuando la hay y no es, sencillamente, una caja registradora que cuantifica ingresos), los lectores penitentes que protagonizamos extemporáneos vía crucis por las librerías nos vemos obligados a “ojear” (sic) con nuestras pupilas los libros, escudriñándolos obscenamente entre la desnudez de sus páginas impregnadas con el vello púbico de las letras impresas en ellas y sin técnica depilatoria que valga (las letras arrancadas siempre vuelven a salir con sus cañones más empecinados que antes).
Fetiches tipográficos aparte, el par de libros de bolsillo que me obsequié son: “El calígrafo de Voltaire” y “El secreto de los flamencos”. Autores vivitos y coleando (en cola para cobrar sus royalties): Pablo de Santis y Federico Andahazi.
Ah, cuidado con las sobre-promesas publicitarias (traducción a lo bestia del término anglo “over promessing”, que dicen los gringos, padres putativos de estas disciplinas de “trade”): el domingo antepasado, con derroche de centimetraje, Editorial Planeta Venezuela vocifera desde las páginas de alguno de los periódicos en formato estándar de circulación nacional (mis perros prefieren el papel de “El Universal”, dada su mayor absorción y reacción cromática de la tinta a la orina) que los títulos de Booket, esa deliciosa colección confortable al bolsillo, no sobrepasarán los diez mil bolívares por ejemplar. Quiero que sepan que, a lo largo de media docena de librerías ubicadas estratégicamente en malls del este caraqueño, no existe disponibilidad (ni conocimiento) de tal promoción cuarentona. De modo que yo me quedé vestido (con marcas outlet) y alborotado, con las ganas intactas de comprarme media librería a cuestas, hipotecándome hasta el alma de hipopótamo inflado con las pretensiones de leer a precios de saldo, liquidación, “sale”, rebajas, descuentos, o-fer-tas trisílabas.
¡ De nada, pues !
Berrinches de lector con derechos que me creo yo.
domingo, 20 de agosto de 2006
$3 millones por un clo(w)n (sic) de Elvis, pero no Costello
Parece ser, pues, que míster Muskiewitz se hartó de tanto tonto "clo(w)n" (sic) –el neologismo is made by myself, ¿okey?– que pulula por ahí ridiculizando la memoria del reyezuelo obeso de Memphis. Y en este orden de ¿ideas?, montó este parapeto mediático para alegrarnos el tedio y otorgarle algún sentido a su existencia, logrando prorrogar su proyecto de vida: un pretendido documental fílmico sobre su ídolo omnífago, titulado –en el colmo de la originalidad– "The truth about Elvis". Para quienes deseen comprobar la veracidad de lo aquí expuesto, la webpage correspondiente es: www.elviswanted.com
Confesaba Elvis Costello en una entrevista apócrifa a un periodista germano la maldición que había supuesto llamarse, también, "Elvis" y dedicarse, además, a la música angloparlante y en el mismo país, con escasos años de diferencia.
Este post implica mi participación en el concurso, pero sin la posibilidad de conceder absolutamente ninguna garantía en cuanto a la comprobación de mi relato: Tras declararlo clínicamente muerto aquel legendario 16 de agosto de 1977, el ambicioso forense cruzó la frontera canadiense con dos docenas de botellas resplandecientes de bourbon, para aligerar su conciencia, y un hiperbólico puñado de dolares. Elvis, por su parte, una vez suplantado su cadáver, tomó un vuelo privado, sin escalas, hasta una polvorienta y destartalada pista de aterrizaje en la xerófita península de Macanao. Desde entonces, temerario por naturaleza que sigue siendo el rey, Presley frecuenta el mercado de Conejeros para consumir litros de merengadas de frutas tropicales donde naufragan docenas de empanaditas de cazón con tajadas y caraotas refritas (tales tres ingredientes conjuntos en cada una de las fritangas neoespartanas). Establecer las coordenadas exactas del domicilio ¿elvítico, preslyano, elvisiano? ha resultado más arduo. Ya sé que esto es un burdo eufemismo para no reconocer abiertamente el fracaso de las pesquisas que no han arrojado ni el más minúsculo resultado en cuanto a data precisa que permitiría a la vigilancia satelital un "barrido" con saldo positivo. No en vano, continuaremos indagando con idea de sumar nuevos aportes a la búsqueda.
Se me ocurre la opción de establecer una "cooperativa" de ojos sabuesos para esta "search, but not to destroy", a ver si le conseguimos a Elvis asilo junto a Lady Di y Lennon, pues Diana ya no soporta las maledicencias de John sobre Yoko Ono y cómo está malgastando su herencia. Para hacerlo callar y desesperarlo, Lady Di le tararea "all you need is love" hasta que el exbeatle solicita el arbitrio beatífico de George Harrison.
Ah, el lapso improrrogable para participar en este torneo expira el primer día de junio, pero del 2008. Al premio en metálico de tres millones de dólares estadounidenses se le aplicarán las deducciones tributarias respectivas. Cosas veredes, Sancho. Good night and good luck.
viernes, 18 de agosto de 2006
Elecciones literarias en tierra de letras
Se trata de elegir un libro por lector, vinculándose directamente aquí:
http://www.letralia.com/tierradeletras/libros.htm
Limitándome a mi biblioteca (o sea: tres estantes sucesivos de madera de pino barnizada que amueblan el pasillo del apartamento), yo voté por la metanovela “Quién”, del escritor español Carlos Cañeque (a la sazón, Premio Nadal 1997). ¿Por qué? Por sus ficciones concéntricas en torno al hecho de escribir como afición y oficio y la deconstrucción alevosa del mundillo editorial y sus múltiples personajillos. Una frase de muestra: “Nosotros, los lectores, también podemos ser ficticios”. Novela peculiarmente sugerida a lecto-escritores.
Más que las coincidencias, lo interesante será la posibilidad de apreciar la diversidad de lecturas y criterios, tantas como “(e)lectores” (sic) decidan participar.
Enhorabuena a Jorge Gómez Jiménez por esta iniciativa, como celebración exquisita de la primerísima década de Letralia.
Huff: dosis singular de inteligencia y humor
El capítulo final de temporada, que se repite este domingo a las nueve de la noche por A&E Mundo, merece un premio especial por su estructura narrativa evidenciada en la “edición”. Resulta un pleonasmo añadir que Oliver Platt, Hank Azaria y Angélica Huston encaran con virtuosismo “sus” espléndidos personajes concebidos por Bob Lowry.
miércoles, 16 de agosto de 2006
Incunables cinematográficos
Lo único objetable a mi copia de "Portero de noche" es su doblaje, made in Spain, a un "español fílmico bizarro" en el que las féminas suenan igual de cachondas diciendo "prefiero una taza de té" que "cómeme el coño". Obviando este audio-inconveniente de léxico y entonaciones delirantes, pues me impongo calibrar las casi dos horas de este soberbio juego de roles entre una jovencísima y famélica Charlotte Rampling y el "Dark" (sic) Bogard que nos retrotrae a un 1957 cuando yo, aún, no existía. Refresco el agobio situacional que me dispara la pantalla con sucesivas botellas azules, cuales ojos de la Rampling, de gélida y blonda Solera light.
Su óptica de Nietzsche (verbigraciado por Erland Josephson, actor fetiche de Bergman) y su partenaire ginecológica e intelectual Lou Andreas Salomé (encarnada por la perversa polimorfa que es Dominique Sanda), es una exquisitez que me encantaría volver a degustar sobre el mullido confort de mi domesticidad. Así que, tiempo ha, se la he encargado a mi dealer, sin resultados visibles, con el título detallado en varios idiomas: "Más allá del bien y del mal"; "Jenseits von gut und böse"; "Al di lá del bene e del male". Preferiblemente, of course, en su idioma original y subtítulos in spanish.
Otro incunable en DVD que apetezco es "Les valseuses" (1974), titulado entre nosotros con el refrán de "Las cosas por su nombre", road movie escrito y dirigido por Bertrand Blier, novelista francés instalado cómodamente en la cinematografía. El casting dispone de un Gerard Depardieu imberbe, la eterna veterana Jeanne Moureau y una perturbadora Miou-Miou que descubre el orgasmo acrobático, una y otra vez, en el asiento trasero de un compacto automóvil europeo.
De este milenio resulta "Dancing at the blue iguana", film fetichescus dirigido por Michael Radford, cuyo imán, a todas luces, es el strip-tease de esa divinidad rubia denominada Daryl (palíndromo) Hannah. Cuenta la leyenda que, para adentrarse en su rol, la "JánaJ" (permítaseme fonetizar su nombre a ver si, cual deidad lúbrica, invocándola se me aparece), laboró clandestinamente en varios puticlubs extraviados dentro del anonimato de la geografía gringa, hasta que percibióse convincente para otorgarle cuerpo, flesh and bone dicen allá, a su papel protagónico de nude dancer. Bendita Daryl abandonada por el descastado de John-John, otro Kennedy signado por el anatema familiar de la muerte súbita, herencia maldita de enfermedades, accidentes y atentados. Compañera de reparto de la Hannah es la "chinita" canadiense Sandra Oh, identificable como la doctora Cristina Yang de la gris teleserie "Grey's anatomy" o en su sexyviolento personaje del film "Sideways" ("Entre copas", 2004, by Alexander Payne).
Si consiguen alguna de estas alhajas, agradezco la gentileza de compartir el dato a través de este mismo medio. Por lo pronto, confío en que disfruten tanto como yo el ícono que (me) obsequio: "Der nacht portier".
lunes, 14 de agosto de 2006
Fidel(idad) de marca en sus 80 años: Adidas sobre el pectoral ¿derecho?
Nota para Bush y su tropa de asesores: por una vez en tu vida, Boy Georgie junior, coge ejemplo de tus vecinitos cubanos y fíjate que este atuendo rojiblanco de Fidel Castro, marca Adidas, resulta mucho más idóneo para el clima tropical que las horrendas bragas anaranjadas que les obligas a usar a tus huéspedes de Guantánamo Resort. Oyeme, y por cierto, chico, me parece que los dealers de Adidas como que se burlaron de tu bloqueo comercial a la isla, ¿o no, my man?