Me refiero a "instrumentos", "borradores" o "pertenencias" de escritor, pues ¿quién escribe aún a mano, aparte de tomar notas rápidas o apuntes breves, si acaso? La pregunta me viene a la cabeza al leer que el Ministerio de Cultura de España acaba de obtener —en Sotheby's— el manuscrito lorquiano de "Crucifixión" con el que ilustro este post, pagando la bicoca de 30.000 euros (mientras que algún gilipollas adquiere un "huevo" de Faberge por 12 millones de eurillos).
¿Qué se podría subastar entonces de un escritor ferozmente contemporáneo: su disco duro, el mouse impregnado de huellas dactilares, el teclado gastado por el uso donde algunos caracteres se han invisibilizado, su laptop o el pendrive que aloja algún texto inédito? ¿Su celular que ha "emitido" incontables y brevísimos mensajes de texto, su palm que nos permitirá exégesis quirománticas, videos digitales de sus coloquios públicos que no hayan sido "colgados" en youtube?