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viernes, 9 de febrero de 2007

Handycam: uso y abuso de la cámara subjetiva

—En mi familia las mujeres no se divorcian: ¡se quedan viudas, carajo!

Demasiado cerca para mi gusto, me inquieta la cara de sable de mi cuñado el militar –en close up extremo sobre mi rostro– empañando mis lentes astigmáticos, durante la fiesta de mi matrimonio con Edith. Y la verdad es que yo no había reparado en la vaina, pero las tres hermanas de mi mujer enviudaron a los pocos años de casarse. Mis desafortunados exconcuñados habían muerto, siempre, durante un viaje al extranjero, sin evidencias visibles de la existencia de algún jugoso seguro de vi(u)da que beneficiase a las cónyuges sobrevivientes.

Apurando mi tercer whisky, intento aplacar los múltiples reflectores y sirenas de alarma que se disparan en mi cabeza, viendo ahora a mi familia política como una clara y presente amenaza a mi integridad física. Yo era reincidente en los menesteres matrimoniales y quizás eso despertaba inquietudes en mis recelosos cuñados: el militar, el ingeniero, el abogado, el contador y el más simpático, quien gana más que todos ellos juntos, el dueño del taller mecánico.
Rebobinado (¿rewind o flash-back?) al momento en que apuraba mi tercer whisky (ahora campaneo el quinto) y me preocupaba maquinando cómo mantener en la más estricta clandestinidad mis posibles infidelidades futuras, como la que sostendré años después con Anaid (la mejor ¿amiga? de mi mujer y madrina de nuestra boda), hasta que propongo un menage a trois y la farisea esa me manda bien lejos, empatándose con un jubilado de pedevesa, baboso y divorciado.

Anaid es la propia hembra en celo, vagina bípeda, una excitante mamífera de vello púbico poblado sobre su vulva caliente, un prominente clítoris ambulante, una audaz exponente de una doble-moral que te permite tratarla en la cama como a una dócil muñeca inflable y servirte de ella reduciéndola a receptáculo / depositaria de mis urgencias eyaculatorias, pero que no te deja "verbalizar" ninguna de las acciones que emprendes con(tra) ella. Y además suplica, con sus grandes ojos entornados, que bajo ninguna circunstancia vaya a enterarse Edithxio, su amiguita del alma.


Corte violento a cámara subjetiva (yo buceándome) las tetas de alguna amiga de Edith y un culo desconocido enfundado en unas pantaletas mínimas que se le marcan perfectamente a través de la tela fría del vestido púrpura, mientras me erotizo bailando con mi esposa "Angie" de los Stones, mezclada luego con la zeppeliana "Escaleras al cielo". Hasta ahí llegan mis aptitudes coreográficas.


Cámara furtiva espiando a Mauricio, en el baño de caballeros, tirándose a Fabiola, una de las damas de honor, quien se muerde la falda del vestido para reprimir sus gemidos, mientras su compañero de cópula arremete con continuos movimientos pélvicos, limitados por los pantalones abajo. La visión cenital del acto resulta hilarante, casi fetichista: ella con la cara semicubierta por el vestido y él con la cola del frac de levita dando latigazos en el aire. El Mau ha ganado la apuesta: hacerlo con una invitada al matrimonio en plena fiesta.
Para leer el texto completo, pulsen a continuación:
http://hermanoschang.blogspot.com/2007/02/handycam.html
y disfruten además la edición aniversario del webzine Chang Brothers Inkless, con artículos que son un auténtico jolgorio, suscritos por soberbios webcinos de prosa estilizada y jacarandosa.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Coño, mi pana, tú no tienes derecho a contar mis intimidades así como así en ningún post tuyo ni en cualquier cuento chino. Ojo con colgar el video en youtube, que ya sería lo único que te falta.

Anónimo dijo...

Vagina 4x4 la mía, para gozar un imperio, y a ti te consta...

Anónimo dijo...

Fíjate, Javier, que no han pasado sino 17 años de tu matrimonio y, mientras los demás aludidos se quejan de que los menciones, pues yo me quejo exactamente de que no te atrevas a recordar mi nombre, sí el de ese "culo desconocido enfundado en unas pantaletas mínimas que se le marcan perfectamente a través de la tela fría del vestido púrpura, mientras me erotizo bailando con mi esposa "Angie" de los Stones".

Anónimo dijo...

Desde luego, a mi marido no le ha hecho ninguna gracia esta anécdota a destiempo.

Lo bueno es que como aquella película que nunca recuerdo su título, tú nos has reunido aquí.

Anónimo dijo...

Qué nevera tan escuálida...

Yo, como buena criolla, emigré a USA y ya he abonado más del 40% de mi townhouse aquí en Phoenix, Arizona.

No he vuelto a cocinar en mi vida, salvo las impelables hallacas decembrinas. Lo demás es TV dinner directo del freezer al microwave.

God bless america, good luck y buenas noches.

Anónimo dijo...

Te tengo dicho, autor, que le cambies el nombre a los personajes, como mínima muestra de gentileza a la realidad.

Las deidades de la ficción sólo concurren cuando se derraman sus aguas bautismales sobre las cabezas de quienesquieran que sean.

Y en lo que amí concierne, nadie tiene que enterarse de mi fugaz trapicheo en el mercado negro de divisas del que tu mismo reconoces haberte lucrado con sucesivos periplos.

La memoria debe ficcionarse para así matizar su filo acerado en espejo desenfocado.

Tú sabrás.

Anónimo dijo...

we`re waiting for your videos

Anónimo dijo...

HANDYCAM IS A TRADE MARK BY SONY INCORPORATED IT'S A SMALL FUCKING WORLDWIDE

Anónimo dijo...

esa foto de la nevera es una mezcla diabólica de spam con publicidad subliminal de malta, yogurt firme, leche descremada, yogurt light semidescremado sabor a fruta foránea y diversos items inidentificables

en venezuela, el yogurt se hace de foca

Anónimo dijo...

viva angie and remember that you can't allways get what you want

Anónimo dijo...

ah, bocazas jagger, pero por eso existen las stairways to heaven

Anónimo dijo...

Hacía rato que no me tripeaba tanto mirar por un huequito. Eso hacen los grandes escritores. Ponen al lector a portarse mal, a desempolvar al chismoso que todos llevamos por dentro. Si Dios existe, Javier, que te cuide esa pluma maligna.
Abrazo apurado, que ya me están botando del cyber.

©Javier Miranda-Luque dijo...

Gracias, Enza, y pues sí: que las deidades nos cuiden la digitalización en el teclado, en todos los teclados (oníricos, virtuales, ojos).

Abrazo cómplice, JML.