Que no lo digo yo el comelibros que también escribe, sino los expertos conclaveados en la feria editorial de Frankfurt: nos quedan —exactamente, jornadas más, veladas menos— 10 años para poder seguir adquiriendo y leyendo libros en su formato full-ink. El good old book va a ser sustituido por el libro digital que más que libro constituye ya toda una biblioteca portátil (¿alguien recuerda el bibliobús?), pletórica de miles de títulos y el consabido link al DRAE.Quienquiera que lo deseé puede acceder a la noticia completa de la prensa digibérica, pulsando aquí. ¿A cuánto se cotizará el kilogramo de papel hemorragiado de letras, sinónimos, pleonasmos, hipérboles, zeugmas? Los sempiternos usureros habituales —sí, aquellos mercaderes de la pequeñezuela Venecia que dijo Shakespeare himself— ya salivan cual putos perros pavlianos (con el perdón de los perros: esa raza que no reza). Grrrrrg, gúau, wolf, woolf.
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