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sábado, 28 de abril de 2007

EL PERFUME: BIG BANG DE FEROMONAS

El viejo dilema de la mismidad/otredad es el tema de la añeja novela de Suskind, ahora en versión fílmica.
Y las protagonistas son las feromonas, esa carga intangible apenas percibida por la pituitaria que nos permite desear a es@ otr@ que también yo soy (hermoso palíndromo).
Las feromonas, ya se sabe, propician la cópula (esa cúpula), la procreación. Consumación líquida del deseo y sus particulares fragancias ineludibles.

4 comentarios:

P. E. Rodríguez/R.Coll dijo...

Siempre me ha parecido que el lugar correcto para archivar el libro de Süskind es el sitio de la biblioteca donde uno guarda los hermosos destellos de los siglos XVII y XIX.

La idea se me hace, ahora, más tentadora, puesto que dado que mi tiempo libre está repleto de una bebé de muy poco pelo y muy poca paciencia para las salas de cine, estoy seguro que terminaré viéndola gracias a ese otro arcaismo tropical que consiste en hacerse de un par de dividíes quemados a precio de unos pocos maravedíes.

Un abrazo por allá.

©Javier Miranda-Luque dijo...

Hace tiempo ya, Rodrigo, que el sofá de mi casa es la butaca cinematográfica donde la pantalla es, precisamente, la barriga sin ombligo del televisor.

Benditos DVD's que nos evitan el bochorno de las colas cinematográficas y los rumiantes de pop corn.

(Minúscula anécdota: cuando llevamos por vez primera a mi hija menor al cine, ella extrañaba la ausencia del control remoto para bajarle el excesivo volumen a la banda sonora y adelantar la película en momentos tediosos)

Abrazo esencial, JML.

Jesús Torrealba dijo...

Ja,ja,ja, qué vaina tan buena!!!! como para un relato de los tuyos.

Yo hace mucho que me veo casi todo en quemadito, mejor dicho, TODO, y es que además de los rollos que ustedes mencionan, yo no tengo tarjeta de crédito para reservar, y me quedé un par de veces sin poder ver la función porque la mayoría de las entradas habían sido adquiridas vía web!!!

Antes era otra vaina, uno podía salir de noche sin carro a un cinecito y no terminaba en la crónica roja, además estaba soltero y me gustaba ir al cine con amiguitas...y para colmo mi mujer no es precisamente una habitué del séptimo arte.

Otro agregado es que en su casa uno puede prender un puro y echarse un whiskey mientras se deleita con la peli.

La única exquisitez que tengo es que exijo buena calidad en la copia, para lo que ya cuento con un digno proveedor también cinéfilo...o quemadófilo???

©Javier Miranda-Luque dijo...

Jesús: ver DVD's en casa tiene, además, otras ventajas:

-"editar" el film (merced al rewind/fastforward) y verlo a tu propio ritmo;
-"pausarlo" cuantas veces te provoque;
-disfrutar tu single malt con maní japonés o whatever que te apetezca.

Por cierto, pásame el dato de tu DVD-dealer cinéfilo que te provee de copias cualitativas, ya que los míos están resultando deficitarios.

Abrazo icónico, JML.