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martes, 16 de enero de 2007

Secret meeting en el Salón Oval

No, no son clones ni clowns. Son ellos de verdad-verdad: Dick & Elvis (en riguroso orden alfabético, pardiez). Los disfraces más populares del planeta, aunque jamás en la Venecia de mis delirios, pestilente, mohosa y fetichesca Venezia (nada de little fucking Venice, nada de "zuelas" con palafitos insolados incrustados en excremento fosil hidrocarburado, no, qué va).

Sí, en efecto, la imagen no está photoshopeada ni nuestros ojos gastados por el monitor nos engañan: son Nixon & Presley (en estricto orden alfabético, vaya por dios), con sonrisa cariacontecida bajo la nariz de tobogán y las fauces de tragatodo semicerrada.

Se aproximaba el deceso del año 1970, precisamente a la medianoche del 21 del 12 (oh, palíndromo cifrado), en el Salón Oval de la Casablanca que décadas después disfrutarían Bill & Mónica en jaculatorias & eyaculatorias oralidades, oh good god, my sweet lord, salpicando tercos rastros seminales que harían las delicias de los profesionales del dry clean only.

Mister president y el rey omnívoro intercambiaron odios (a "esos" beatles gamberros & desprolijos; a "esos" ñángaras que no vietnamean, oh my dog: sí, sic, sick) y obsequios, a saber:

—Te truequeo, Nix, esta nice silver Colt forty five por una insignia de special agent antidroga para chapear a los truhanes -masculló el monarca de los barbitúricos, las anfetaminas, el carbohidrato and the very bad colesterol.

—Why not, si todavía there's no watergate a la vista -ripostó Rickxon.

(Fuente: registros desclasificados de la CIA)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A los que vivimos la cultura pop, esta "desclasificación" siempre nos parecerá mucho más importante que esas tonterías del Watergate... ;)

Un saludo.

Anónimo dijo...

Y pensar que cuando este par ya rozaba sus humanidades con los vicios de sus oficios uno apenas discriminaba los afectos del entorno.
Escandalosos hitos y enigmas gringos, uno por mentiroso y el otro por excedido en todo. La verdad es que para nada disgusta esta suerte de daguerrotipo muestra de los alcances manifiestos y poderosos tanto de la política como del rock y la sospechosa vulnerabilidad que encierran ambos oficios.
Si no que lo diga, con la distancia justa y necesaria, el Paul Gillman de ahora en franca alianza revolucionaria con el comandante. El, y cómo no, enrolado ahí, uno más pues, entre "Todos los hombres del Presidente".
Esto si es un escándalo...

©Javier Miranda-Luque dijo...

EL PRÓXIMO 27 TE QUEDARÁS ATRAPADO EN EL ASCENSOR

©Javier Miranda-Luque dijo...

¿Encerrado con quién?