Acabo de ver THE GHOST WRITER (el film de Polansky con guión del novelista Robert Harris) y me ha molestado que jode, además de la banda sonora tramposa por su grosera obviedad, la incoherencia del personaje: ningún escritor "negro" (fantasma, en las sombras, por encargo) se molestaría más allá de procurarse pronto y bien (vaya, con levedad) sus doscientos mil(k) dólares negociados. Doy fe.
Y es que siempre nos quieren insertar por el orificio cinematográfico la figurilla del puto héroe abnegado que reniega de su mismidad en aras del "sacrificio" ceremonial en pro de cualquier falacia enarbolada por el colectivo atávico (motherland, flag, mankind, whatever).
Por lo demás, complace re-encontrarse en pantalla (cualesquiera que ésta sea: en mi caso la de mi laptop) con el Belushi que sobrevivió a su hermano, con un Timothy Hutton que se añeja estupendamente y con un Pierce Brosman que demuestra que sabe y que puede actuar más allá del estereotipo.
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