La primera cableserie sobrepasa ya los cien capítulos y varias temporadas donde Charlie Sheen autoprotagoniza su sabroso personaje canalla que se contrapone al parasitario "Alan", en una suerte de Caín y Abel, ambos pertinentemente antihéroes (vaya, vaya, si hasta las iniciales bíblicas concuerdan, ¿eh?)
La segunda telecomedia versiona en plan ciberlight la eterna historia de Blancanieves (aquí es rubia, analfabeta orgánica y se llama Penny) y sus cuatro enanitos del planeta internerd, que a mí me recuerdan a los Beatles sin Yoko Ano (Ono es un palíndromo, ¿O nO?).
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