Te escribo con algo de tiempo (así como un poco más de una de tus 52 semanas), para no verme obligado a despedirme a ultimísima hora y apresurado. Y es que creo yo, 2010, que se corre-corre-corre-corre demasiado (fastfood, fastfuck, fastread, fastwhatwebever, ¿no?).
Pongamos, entonces, una minúscula pausa, aunque sin el consabido "freeze" de las teleseries policiacas (¡malditos héroes que pululan y ululan por doquier, por cualquier monitor, ¡vaya!). Bueno, que lo que intento decirte es que has sido un año arduo de endilgarte un "tag": estridente, masscultiano, full de wikiLeaks sabrosísimos que nos han venido a animar el cotarro. Chico, ¿qué te cuento?, a nivel personal, mi hija mayor acaba de entregar su tesis de doctorado allá en Karlsruhe y mi hija menor egresó como bailarina clásica y contemporánea y comenzó su licenciatura en Fisioterapia. Y que cada vez uno se re-encuentra con más personajes pretéritos en facebook y en twitter, adicionándolos a tus contactos y catapultando la memoria, esa dama tramposa y ficcionaria. Otros se borran por sí solos, obedeciendo ciegamente a algún mecanismo puñeteramente darwiniano.
Y no te asustes que yo no pienso reclamarte absolutamente nada, a pesar de que este año tuyo que ejerces "por ahora" no me he ganado ninguna presea culturosa ni he publicado ningún otro libro, pero si comparto vecindad literaria con otros 39 autores en una antología de literatura infantil que ya reseñaré yo, pero en 2011, una vez que el libro se encuentre en "la librería + cercana". En estas trescientas y tantas jornadas me he divertido que jode jugando merced a internet y me he "Cabré-ado" (sic) con las canas y arrugas que ostenta esta demacrada Caracas desde donde ahora mismo te escribo. El Avila, sí, sigue allí bostezando nubes y anatemizando a don Diego de Lozada con onomatopeyas telúricas intraducibles hasta para el multisápida google translator.
Como ignoro si los años re-encarnan o se jubilan o se reciclan o lo que sea que hagan, pues yo te deseo un periplo plácido y, si cupiese, placentero. Te agradezco las intensidades y nimiedades y concluyo ya, en aras de la brevedad, evitando una emotividad que acostumbra escamotear el personaje que yo mismo me he asignado.
Y no te asustes que yo no pienso reclamarte absolutamente nada, a pesar de que este año tuyo que ejerces "por ahora" no me he ganado ninguna presea culturosa ni he publicado ningún otro libro, pero si comparto vecindad literaria con otros 39 autores en una antología de literatura infantil que ya reseñaré yo, pero en 2011, una vez que el libro se encuentre en "la librería + cercana". En estas trescientas y tantas jornadas me he divertido que jode jugando merced a internet y me he "Cabré-ado" (sic) con las canas y arrugas que ostenta esta demacrada Caracas desde donde ahora mismo te escribo. El Avila, sí, sigue allí bostezando nubes y anatemizando a don Diego de Lozada con onomatopeyas telúricas intraducibles hasta para el multisápida google translator.
Como ignoro si los años re-encarnan o se jubilan o se reciclan o lo que sea que hagan, pues yo te deseo un periplo plácido y, si cupiese, placentero. Te agradezco las intensidades y nimiedades y concluyo ya, en aras de la brevedad, evitando una emotividad que acostumbra escamotear el personaje que yo mismo me he asignado.
Cordialmente,
JML
2 comentarios:
Precioso cimbreo a la dama tramposa y ficcionaria. Abrazos desde Sevilla. Felices fiestas!!
Gracias, Félix, y saludos cordiales.
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