
Quienquiera que lo deseé puede acceder a la noticia completa de la prensa digibérica, pulsando aquí. ¿A cuánto se cotizará el kilogramo de papel hemorragiado de letras, sinónimos, pleonasmos, hipérboles, zeugmas? Los sempiternos usureros habituales —sí, aquellos mercaderes de la pequeñezuela Venecia que dijo Shakespeare himself— ya salivan cual putos perros pavlianos (con el perdón de los perros: esa raza que no reza). Grrrrrg, gúau, wolf, woolf.