
Ya de niño me diagnosticaron "ego infla(ma)do". Quizás por ello me hice escritor. Claro que no vivo de ninguno de mis libros. Los derechos de autor relativos a un año de un par de libros míos me han alcanzado para pagar un mes de arrendamiento inmobiliario y los de un tercer libro me han permitido cancelar una cuota retrasada de condominio. Desechos
(sic) de autor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario